La logoterapia familiar es un enfoque relativamente nuevo y aún no muy extendido en la terapia familiar. Difiere en sus supuestos y puntos de vista fundamentales sobre el funcionamiento de la familia de la terapia familiar sistémica popular en España, con algunos puntos notablemente comunes a ambos sistemas.
Al fin y al cabo, el creador de la logoterapia familiar, James E. Lantz (1992) se inspiró no sólo en la psicoterapia de Frankl centrada en el sentido de la vida, sino también en otros enfoques. La logoterapia de familias se basa en su presupuesto fundamental de la logofilosofía, pero no es ajena a la influencia del enfoque clásico de la terapia familiar.
El trabajo de un logoterapeuta oscila en una delicada frontera entre lo común y lo individual. El sujeto de las interacciones incluye tanto a la familia como un conjunto único de significados y valores compartidos, como a los universos independientes de cada miembro individualmente.
De manera similar, en la comprensión sistémica de la familia, se habla tanto del “yo” de sus miembros individuales como del “ego familiar” y de la consolidación de ambos. La logoterapia hace posible que los individuos encuentren y vivan el significado de la existencia en relación con ser parte de un grupo de personas cercanas entre sí, que, a pesar de muchas diferencias significativas, están conectadas por el vínculo más duradero que es amor mutuo.
La logoterapia de familias facilita el proceso de búsqueda de significado por parte de la familia, apoyando a los miembros individuales en la clarificación e implementación de la dimensión noética de su funcionamiento. Cabe enfatizar que el papel de un logoterapeuta es facilitar el proceso de descubrimiento y realización del universo familiar, no proporcionar significados ya preparados y adaptados a las necesidades del cliente. Experimentar valores y significados solo es posible a través de la autotrascendencia, que es un desapego de la dimensión psicosomática del funcionamiento hacia la reflexión.